Cada vez son más las personas afectadas por las ondas electromagnéticas
procedentes de instalaciones de alta tensión, transformadores o antenas de
telefonía móvil, que pueden ver agravado su estado por la proliferación de
redes inalámbricas de telefonía, de la tecnología wi-fi o por el uso
incontrolado de los teléfonos móviles, sobre todo en el caso de niños y
adolescentes. El propio Parlamento Europeo aprobó el pasado mes de abril un
informe advirtiendo del peligro para la salud de los campos electromagnéticos,
solicitando a los estados miembros de la Unión un mayor control, e inversión
para profundizar en los posibles peligros de su uso indiscriminado.
Los
argumentos de las compañías eléctricas enfrentadas a este tipo de casos siempre
son los mismos. Sostienen que la Comunidad Científica está de acuerdo en que no
hay evidencia de riesgo ni daño o peligro alguno para la salud. Ambas afirmaciones son
rotundamente falsas. El
estado actual de la ciencia sobre los campos electromagnéticos no es ese ni
mucho menos. El
estado actual de la ciencia es de una amplia controversia sobre los límites
establecidos, siendo cada vez más el número de científicos independientes que
afirman que los campos electromagnéticos en los límites señalados por la
Recomendación del Consejo de Europa de 1999, transpuestos a la normativa de
nuestro país son claramente perjudiciales para la salud, lo que les ha llevado a
solicitar la aplicación del Principio de Precaución restringiendo aún más los
límites en favor de los ciudadanos. Se instó una Comisión para revisar los fundamentos científicos y a adecuar los
límites fijados en la Recomendación 1999/519/CE. Además y como gran novedad
pide que se preste especial atención a los efectos biológicos cuando se evalúe
el posible impacto sobre la salud de las radiaciones electromagnéticas,
especialmente si se tiene en cuenta que algunos estudios han detectado que
radiaciones de muy bajo nivel ya tienen efectos muy nocivos. Y
es evidente que la Resolución tomada ha sido consecuencia de la revisión de los
últimos datos conocidos sobre los campos electromagnéticos recogidos en el
denominado El Informe Bioinitiative report: fundamentos sobre los estándares
de exposición pública a los campos electromagnéticos basándose en la biología
elaborado en el 2007 por BioInitiative, grupo internacional de trabajo de
14 científicos de prestigio internacional.
El
estudio abarca prácticamente todas las áreas posibles.
Muchos datos pueden destacarse del Apartado de
Conclusiones del Informe BioInitiative, pero el trabajo los
investigadores sobre cerca de 1500 trabajos puede resumirse en dos puntos:
- A la vista de los conocimientos acumulados hasta el 2007 existe un impacto
indiscutible de los campos electromagnéticos en la salud, en distintos órganos y
de distintas formas
-
Es preciso un cambio en la legislación internacional para adaptar los límites a
las nuevas realidades.
Desde la implementación de la Recomendación 1999/519/CE, casi anualmente
colectivos amplios de científicos y médicos numerosos se han ido manifestando en
la misma línea. Así tenemos la Declaración de Salztburgo de Junio del
2000, la Declaración de Friburgo, de Octubre del 2002, la
Declaración de Alcalá de Henares de Abril del 2002, la
Declaración de Benevento, de Mayo del 2006 o la Resolución de Venecia
de Junio 2008. También es importante reseñar la Alerta emitida por 20
expertos internacionales sobre el uso de los teléfonos móviles, emitida en
Junio del 2008 a través del Journal Du Dimanche. Veinte médicos
oncólogos en su mayor parte lanzaron un llamamiento urgente para adoptar medidas
preventivas respecto al uso indiscriminado de los teléfonos móviles. A mediados
de septiembre del 2008 en la Royal Society de Londres Lennart Hardell,
oncólogo del Hospital Universitario de Orebro (Suecia), galardonado con el
European Journal of Cancer Prevention Research Prize en noviembre del 2005 y
el Acta Oncologica Lecture Prize en marzo del 2006 aseguró que el uso
continuado del teléfono móvil multiplica por cinco el riesgo de desarrollar un
cáncer cerebral, y el de neuromas acústicos (tumores normalmente benignos que
pueden llegar a causar sordera. Las cercanías a fuentes electromagnéticas o el
uso continuado de ciertos dispositivos sobre cuyos riesgos no ha sido advertido
pueden causar trastornos neurológicos, mentales, cardiopulmonares,
reproductivos, dermatológicos, hormonales, inmunológicos e incrementar algunos
tipos de cáncer.
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